En 1982 creamos la Fundación Villa y Corte dedicando nuestro tiempo a Madrid y trabajando por nuestra ciudad con ilusión y fuerza. Teníamos una amorosa y obsesiva predilección por nuestra queridísima Virgen de la Almudena y por su Catedral. Incluso tiempo antes de nuestra existencia legal como fundación, en nuestras reuniones, no pocas veces, terminábamos hablando de “nuestra” Almudena y su Catedral inacabable. Obviamente primaba el punto de vista religioso pero, también, entre lo variopinto de nuestro grupo, había interés basado en lo meramente espiritual e, incluso, en lo estético. “Los caminos del señor son inescrutables”. En todo caso, entre nuestros Patronos, estaban dos personas claves en el proyecto, como fueron Don Ángel César Beltrán y posteriormente Don Fernando Chueca. Tras mil vicisitudes y en unos momentos especialmente difíciles para promover el imprescindible interés social, podemos afirmar que mantenemos en nuestros archivos no pocas claves de las razones que hicieron posible la conclusión del proyecto. Los de Villa y Corte, con espíritu idealista, reconocida tenacidad e inasequibles al desaliento, luchamos para ello como pocos.
A punto de concluirse la Catedral, la Fundación Villa y Corte, en 1992, tras conseguir algunos fondos con la venta de unos libros sobre la Catedral, editados por el Ayuntamiento de Don José María Álvarez del Manzano, encarga a D. Manuel Carrera Díaz, reconocido como el orfebre español más internacional y con piezas en los mejores museos y palacios del mundo, fundador y propietario, por entonces, de la firma internacional “Carrera y Carrera”. Nos decidimos, sin ninguna vacilación, a crear una obra excepcional, ambiciosa, cargada de simbología, con ansia de perdurar, políticamente incorrecta para su época, que recoge, con la mayor plenitud posible, nuestro sentir y nuestra sensibilidad. Años después, en cuanto nos vimos con fuerza para abordar la obra, Don Manuel Carrera, con su admirable espíritu altruista, respaldado por la ilusión de la Fundación Villa y Corte, comienza, con la colaboración de su hijo, Don Manuel Carrera Cordón, su trabajo de investigación. Múltiples apuntes, diseños y proyectos se presentaron para su aceptación. Después de un largo camino, aprobamos la obra denominada “Estela de la Almudena“, un conjunto escultórico en forma de Estela o columna, con el mejor arte orfebre, La “Estela”, recoge toda la simbología imaginable: los momento bíblicos más transcendentales, los Patronos de nuestra ciudad, la propia ciudad, la construcción de la Catedral desde sus orígenes hasta su Consagración, la presencia en la Catedral de dos Papas, tres Cardenales representados por sus escudos y dos Reyes que, en ocasiones históricas, separadas por más de cien años, han escrito y escriben nuestra historia y también la de nuestro país. En la obra figura también una referencia a la Reina Doña Mercedes, fallecida a los 18 años, en junio de 1878, verdadera promotora de la construcción de la Catedral, a la que Don Alfonso XII dedica un emotivo párrafo de su alocución con ocasión de la colocación de la primera piedra. “Los que tengáis la dicha de admirar sus bellezas, al entrar bajo las bóvedas de este templo, orad por la memoria de aquel ángel que está en el cielo, a quien se debe la iniciativa de esta idea y que siempre acogió con entusiasmo cuanto pudiera enaltecer la gloria y la prosperidad de nuestra patria.”
Al tratarse de una obra creada al amparo de una decantación constante, realizada con la vieja escuela del “ir creando”, hemos considerado un elemento providencial la próxima presencia de los jóvenes que vendrán de todo el mundo para la JMJ 2011, como símbolo evidente y definitivo de que el futuro, al final, siempre está en manos de los jóvenes. Es una obra de arte única e irrepetible que está impregnada de los valores que históricamente ha representado la Iglesia para nuestra civilización, una civilización que se ha construido día a día a la sombra de los valores cristianos, que son guía para la sociedad y que una parte de nuestro entorno quiere erradicar a cualquier precio. Por tanto, hemos dado especial presencia en la obra, a esos jóvenes, futuro y presente de la Iglesia. Evangelizadores y responsables de mantener esos “valores”. Por eso se les ha brindado tanto protagonismo en su visita a Madrid y, por eso, en una obra probablemente histórica, figuran como destacados protagonistas los jóvenes de la “JMJ Madrid 2011”.
Como se verá, en la base de la Estela, un grupo numeroso de jóvenes: religiosos y seglares soportan amorosamente esos valores, incluso físicamente. Es evidente la importancia que damos a la juventud en nuestra obra. Nuestro compromiso con los sentimientos católicos y nuestra relación con la Virgen de la Almudena y su Catedral nos permiten e, incluso, nos obligan a exteriorizar nuestro testimonio en este sentido. Interpretamos que sería trascendental que fuese recibida por Su Santidad el Papa, “ofrecida por” o “en presencia de” esos jóvenes de todo el mundo del JMJ 2011, para que siempre puedan recordar que quedan aquí, en Madrid, como protagonistas en una extraordinaria obra de arte, que mantendrá la memoria perdurable de su paso por nuestra ciudad y del evento en que participaron en el año 2011, realizada con técnicas seculares y, al viejo estilo; es decir, a expensas de la sociedad civil y con la participación de los orfebres madrileños del “Ilustre Colegio Congregación de San Eloy de Artífices Plateros, fundado en 1572”, que considera que está obra será el auténtico “Canto del Cisne de nuestro oficio secular”.
Por el lado religioso están interviniendo prestigiosos teólogos que nos orientan en la rigurosidad bíblica. También se creó un equipo de asesores profesionales, orfebres imprescindibles en una obra de esta importancia. En su realización han participado y participan: diseñadores, escultores, así como orfebres de taller, cinceladores, forjadores, plateros, técnicos en acabados y lapidarios. Para el maestro Carrera es una difícil tarea, ya que en este momento la orfebrería artística de la escuela madrileña y mundial se ha ido reduciendo, especialmente, en cuanto a profesionales del gran nivel que exige una obra como esta. La escasez de artesanos artísticos es consecuencia de la carestía del trabajo y de la nula demanda, en las últimas décadas, de este tipo de obras. Su difícil aprendizaje, actualmente, no existe y están desapareciendo todos los días las personas capaces de enseñar este oficio. Este proyecto, desde sus orígenes, ha contado con el trabajo de orfebres de edad avanzada de entre setenta y noventa años, por lo que hemos ido viendo jubilarse a los últimos plateros con formación artesana integral. Hoy se preparan buenos profesionales, pero demasiado cercanos al ordenador y a los pantógrafos electrónicos. Esta situación nos motiva aún más; hemos pedido al viejo estilo, apoyo y asesoramiento al Gremio de Joyeros, Plateros y Relojeros de Madrid, depositario de la llave de la urna de plata que cinceló a su costa hace siglos para recoger los restos de San Isidro. Por otra parte, esta obra quedará inevitablemente ligada al “gran escudo de la Villa y Corte de Madrid”, realizado en plata por el mismo orfebre, Don Manuel Carrera, que está situado en la Catedral bajo la Virgen de la Almudena y sobre el altar que guarda los restos de la Reina Mercedes, en el frente de la escalinata que accede a la Virgen. Este bellísimo escudo de nuestra ciudad también fue donado, hace pocos meses, por la Fundación Villa y Corte.
Por el carácter altruista de la inmensa mayoría de los profesionales que han participado en este proyecto, oculto en un espacio del interior de la “Estela de la Almudena”, alojaremos un dispositivo que recoja todos sus nombres, así como el de los que participaron en la creación del libro “La Almudena y Madrid” base económica de la obra y el de todos aquellos que se fueron sumando al proyecto. De esta manera, miles de madrileños se sentirán, también, especialmente vinculados, para siempre, con la “Estela”. Estamos dando los últimos golpes de cincel a la obra. Agradecemos mucho la atención que nos ha prestado al leer estas líneas. Le ofrecemos el testimonio de nuestro mayor respeto y afecto, con la esperanza de que comprenda que hemos hecho un gran esfuerzo atendiendo lo que dominamos: la promoción, en el caso de la Fundación Villa y Corte de Madrid. Don Manuel Carrera y su equipo, han puesto la mejor Orfebrería posible y, quizás, la última que se realice en nuestro país; todos con un espíritu altruista que no es de esta época. La obra, tampoco lo es.
Ángel Manuel García - Fundación Villa y Corte - Móvil 608 201 865
Manuel Carrera - Orfebre - Tfno. 915 229 698 (De 10 a 17 horas)
Encontrará información gráfica en: http://villaycorte.tv/index.html
Descripción de la “Estela de la Almudena”
La Piedad - El Capitel - El fuste - La basa
La Piedad - Una bellísima escultura de plata que corona la obra. La Piedad mantiene, a sus pies, una Corona de Espinas también de plata. La Corona abraza la columna como un símbolo del dolor y el sufrimiento que, con frecuencia, nos ofrece la vida.
El Capitel – Nuestra ciudad. Un “collage” espectacular del Madrid de siempre y del Madrid actual, nos sitúa ante dos acontecimientos históricos para nuestra ciudad: la primera y la última piedra de nuestra Catedral. El Cardenal Moreno y el Rey Don Alfonso XII, en abril de 1883, prestan bellos discursos al acto de Bendición y colocación de la primera piedra de nuestra Catedral. La Reina Mercedes, fallecida pocos años antes e impulsora de su construcción, observa la escena, sin duda, complacida, Más de cien años después, Su Santidad Juan Pablo II, acompañado por Don Juan Carlos y Doña Sofía, Consagra e inaugura la Almudena, en unos años en que parecía imposible su terminación.
El fuste – La parte central de la columna, o sea, el fuste, luce en Sodalita, una bellísima gema azulada, con vetas blancas. A su superficie, se abraza, en espiral, una franja de plata de casi cuatro metros de longitud, espectacularmente labrada y cincelada por los mejores orfebres del momento. En esa cinta, están representadas: “La Creación del mundo”, “Adán y Eva”, “La Anunciación”, “El Bautismo”, “El Nacimiento”, “La Adoración”, “La Última Cena”, “La Crucifixión”, ”La Resurrección”; veinte escenas bíblicas; las más representativas para la cristiandad.
La basa – Separadas por los cuatro apoyos, en la parte más baja de la “Estela de la Almudena”, encontramos los correspondientes cuatro espacios correspondientes a los frontones en los que se desarrollan una serie de elementos de la obra. El primero, centrado en la Figura de Santa María la Real de la Almudena. En la segunda figura el escudo del Papa Benedicto XVI, que presidirá la JMJ del 2011 y los escudos de Monseñor Suquía y de Monseñor Rouco. En el tercero y el cuarto, San Isidro y Sta. Mº de la Cabeza, presiden en compañía del escudo de esta Villa y Corte de Madrid. En otro punto, simbólicamente, San Eloy, ilustre platero, trabaja su oficio en un recoleto rincón de las calles de Madrid. Como reconocimiento del incontrovertible protagonismo de la juventud en el devenir de la Iglesia y también en el mantenimiento, en el futuro, de los valores que la Iglesia ha aportado y aporta a nuestra civilización, están allí representados los jóvenes del JMJ 2011, portadores de su Testimonio, su Trabajo; de sus Vocaciones religiosas o de su compromiso seglar. El apoyo y el soporte de la “Estela” es su base y, por ello, están ahí representados los jóvenes católicos del mundo, que hoy vienen a Madrid y mañana estarán pendientes de las necesidades espirituales y físicas en cualquier parte del mundo que les rodea.